En el año 1996, el movimiento asociativo en las islas estaba compuesto por asociaciones que, dentro de su ámbito de actuación y a nivel local, trabajaban de forma independiente con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas sordas.
En ese año, y viendo la situación con respecto al movimiento asociativo de la península, compuesto en su mayoría por federaciones afiliadas a la Confederación Estatal de Personas Sordas, se consideró necesaria la creación de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de las Islas Canarias (FASICAN), la cual aglutinaría a las asociaciones de personas sordas que trabajaban en nuestras islas, con el objetivo de que la nueva federación coordinara las acciones que estas se encontraban realizando.